Nada volverà a ser lo mismo, no necesitaban ser avisados ya lo sabían de hace tiempo.
Se aferraban a que el pasado, ese error que cometierón, esos terribles segundos de agonía y sufrimiento se olvidarón.
Les sobraría la voluntad, pero les sobrava la fuerza para hacer daño.
Ahora que el rei y el peón acaban en la misma caja, no importa cuán alto griten, nadie los va a oír ni hoy ni mañana. La justícia se transforma en la caja de los castigos. ¿Quien crees que será salvado de sus pecados?
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